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El Plan de Empresa se puede estructurar en cinco capítulos: datos básicos del proyecto, promotores del proyecto, Plan de Marketing, Plan de Recursos Humanos y Plan Económico financiero
01. Datos básicos del proyecto
- Denominación del proyecto.
- Localización.
- Fecha prevista de arranque y puesta en marcha de la actividad.
- Personalidad jurídica de la actividad.
- Breve explicación de la actividad y antecedentes de la idea de negocio.
02. Promotores de proyecto
- Identificación de los promotores.
- Currícula vitae de los promotores, donde se desglose la experiencia o la formación profesional asociada a la idea de negocio.
- Aportación económica de los promotores.
- Grado de dedicación al proyecto empresarial.
03. Plan de Marketing
- Descripción del producto o servicio que se presta y elementos diferenciales respecto de la competencia.
- Descripción del plan de producción y sus principales costes: principales proveedores, y los equipamientos necesarios (y/o local comercial, nave industrial) y régimen de uso (propiedad o alquiler de locales, leasing de vehículos, renting de equipos informáticos…).
- Análisis del mercado: clientes actuales y potenciales. Análisis de los competidores directos de la empresa. Entorno y evolución prevista del sector de actividad.
- Plan comercial: estrategia de ventas, precios de los productos y sus canales de distribución, marca comercial, diseño de rótulos, logos, tarjetas de vistas, nombre comercial, promociones, publicidad, descuentos, etc.
04. Plan de Recursos Humanos
- Organigrama y plantilla de la empresa.
- Plan de formación.
- Modelos retributivos (incluido el promotor/trabajador).
- Servicios externos necesarios (gestoría, diseño de la imagen empresarial, etc.).
05. Plan Económico Financiero
- Balance de Situación Inicial: permite conocer el grado de endeudamiento de la empresa; para ello, se estiman las inversiones necesarias y su forma de financiación. En cuanto a las inversiones necesarias para la puesta en marcha de la actividad, se considera: inmovilizado y equipamiento (facturas pro forma de los proveedores) y necesidades de capital circulante (dependiendo de las formas y periodo de cobro, y pagos a clientes y proveedores). También se incluyen los gastos de establecimiento. Lógicamente, la financiación debe ser igual a las inversiones necesarias. Así, el capital inicial aportado por los socios representa los recursos propios, mientras que se denomina financiación ajena aquella que aporta una entidad financiera (por ejemplo, un microcrédito) para ejecutar el resto de las inversiones necesarias para el arranque de la actividad.
- Cuenta de Resultados: permite el análisis de la rentabilidad económica de la empresa. Para ello, es necesaria la estimación de las ventas y los costes fijos y variables (éstos necesariamente asociados al volumen de ventas) para el cálculo de los beneficios. Para calcular el beneficio neto es necesario retraer los gastos financieros y los impuestos (Impuesto de Sociedades para las sociedades limitadas e Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas para los autónomos).
- Presupuesto de tesorería: permite prever las tensiones de liquidez de la empresa durante su primer año de actividad. La forma y periodos de cobro y pago a clientes y proveedores determinan la política de tesorería de la empresa.