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Una vez hemos definido qué es el posicionamiento estratégico, tenemos que tratar de evaluar qué tipo de posicionamiento es el más adecuado para nuestra empresa. Es fundamental analizar previamente nuestro: producto o servicio, público objetivo, recursos disponibles, competidores y el tipo de mercado, amenazas (productos sustitutivos, nuevos competidores, cambios posibles en el mercado)
Pero, ¿por qué este análisis? Como ya he comentado anteriormente, el posicionamiento estratégico supone luchar por “el hueco” en las mentes de los consumidores, significa posicionar tu marca/servicio/producto frente a la competencia y al mercado. Es la llamada “batalla por las mentes” donde la percepción es lo más importante.
Este análisis supone el punto de partida para poder construir correctamente el posicionamiento. Esto no es una cuestión de repetir “a bombo y platillo” la posición que queremos que tenga nuestro producto al consumidor. Es necesario que todas nuestras acciones corporativas sean coherentes al posicionamiento que corresponda, del tal forma que se pueda apreciar que efectivamente tiene esa posición concreta.
Entonces, ¿cómo puedo posicionarme? Primero, lo más importante de todo es que trates de diferenciarte de los demás competidores. Para ello, puedes fijar tu estrategia basándote en:
- Los atributos:
- Núcleo: debes tratar de diferenciarte basándote en los atributos únicos de tu producto o servicio. Si el producto en sí es muy similar (con respecto a tu competencia) y no eres capaz de ofrecer algún atributo único que aprecien los consumidores, es preferible que escojas otro tipo estrategia, como por ejemplo el precio. Un ejemplo de posicionamiento por producto podría ser una conocida marca de papel higiénico ya que se diferencia de la competencia ofreciendo un papel más absorbente gracias a su mayor espesor por capa y a su diseño único.
- Precio/calidad: esta estrategia es muy común y supone diferenciarse del resto tratando de que el cliente perciba que su producto es muy similar a los demás, pero con un coste mucho menor. Son estrategias seguidas por algunos supermercados, donde se aprecia claramente que los productos tienen una calidad aceptable a un precio mucho menor que el de la competencia. El error más común se produce cuando la calidad percibida es bastante inferior con respecto a la disminución de precio en relación a los competidores.
- Los beneficios que reportan: En realidad no centras tu estrategia en el producto, sino en los beneficios que se generan de su uso. En realidad no “vendes” un bien, vendes una solución. Un conocida empresa de yogures y lácteos, transmite que no se trata sólo de un yogur bebido fermentado, sino que supone una dosis diaria de defensas que potencia a tu barrera inmunológica.
- El estilo de vida o basado en valores: Significa que la marca expresa una forma de vida, una filosofía que es demandada por cierto tipo de personas en la sociedad. Un ejemplo sería una marca de coches con sus coches híbridos, y se asocia por un cambio de mentalidad, una sensación de progreso y respeto por el medio ambiente.
Y un gran número de ejemplos latentes en el mercado, que están a la orden del día, y nos sirven para identificar a marcas que han sido capaces de crearse su propio sello de identidad para con sus clientes.